miércoles, 29 de agosto de 2012

Se acabó y esta vez no fue por mi culpa, esta vez me perdistes, terceras personas aparecieron y nuestra amistad se acabó sin remedio. Siempre habías sido esa persona que me sacaba una sonrísa y me adornaba las tardes con risas. Esa persona por la cual merecía la pena luchar, esa persona que era como una hermana. No entiendo como pudo pasar esto… Hay noches en las que reflexiono sobre todo lo que nos ha pasado hasta ahora, y creo que nuestra amistad era envidiada por muchas. Unos querían reemplazarte a ti, otros a mi, pero querían separarnos de cualquier manera, y lo peor de todo es que lo consiguieron. Ahora no merece la pena ninguna amistad, ninguna es igual a la que teníamos tú y yo. Muchas intentan ocupar tu lugar, ser esa hermana, esa persona que me conocía de verdad, la que sabía todos mis secretos, pero no, no hay nadie mejor que tú, ni siquiera te igualan. Dime, ¿a quién le contaré mis miedos, mis más grandes secretos? Te alejastes de mi, y yo ya no creo en la amistad como antes, te echo de menos, y recuerda; nadie te reemplazará, porque como tú, no hay dos. Sigo con esperanzas de ser las de antes, uña y carne. Te quiero.

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